Estos son los países en los que no deberías hacerte un esquince estas vacaciones
Lesionarse en un viaje no es agradable, pero lo es menos si estás lejos de casa. Si sucede en España, el viajero puede acudir al hospital o ambulatorio y gracias al sistema de protección pública de la Seguridad Social se le atenderá de manera gratuita. Sin embargo, si esta situación se produce en otros países como Estados Unidos, Canadá o Japón la factura puede llegar a ser de miles de euros.
El ranking de países donde la atención médica es más cara lo encabeza Estados Unidos, según un estudio del corredor de seguros de viaje Chapka. El país dispone de uno de los sistemas de salud más innovadores y cuenta con los mejores profesionales e instalaciones a nivel mundial. Sin embargo, la inexistencia de un sistema de salud con cobertura universal garantizada y el predominio del sector privado frente al público provocan que el coste de la sanidad en el territorio alcance precios astronómicos.
Ante este escenario, la mayoría de estadounidenses recurren a un seguro privado. Sin embargo, no todo el mundo puede permitírselo y algunas personas intentan recurrir al seguro público de Estados Unidos denominado Medicare, o simplemente no poseen cobertura médica. Este es el caso del 8% de los ciudadanos del país de Norteamérica.
El precio de una consulta varia dependiendo del hospital en el que se encuentre la persona, de si está asegurada o del tipo de póliza que posee. De hecho, en caso de que un sujeto sufra un accidente de cualquier clase, lo primero que piden es el seguro o la tarjeta de crédito para garantizar que puede hacer frente al importe del servicio.
En cuanto al catálogo de precios, el coste del diagnóstico y tratamiento oscila entre 10.000 y 18.000 euros. Además, la tarifa media de una radiografía es de 170 euros, pero según el centro hospitalario puede ascender a 950 euros. Si la persona debe pasar por Urgencias hay que sumarle otros 1.000 o 2.000 euros a la factura, según el estudio.
Por otra parte, Canadá si posee un sistema de salud público y gratuito. Sin embargo, esto solo se aplica para los residentes permanentes. Los residentes temporales o los viajeros deben pasar por caja si necesitan asistencia médica. En este caso, la sanidad canadiense se convierte en una de las más caras en el mundo.
Una simple consulta en urgencias cuesta entorno a los 250 euros. Respecto a las pruebas, una radiografía tiene un precio de 100 euros y una resonancia 450 euros de media. Además, un día de hospitalización varía entorno a los 800 euros, si se trata de intervenciones sencillas, y hasta 10.000 euros para las más complicadas.
El informe alerta de que los precios mencionados a veces se multiplican por dos o tres para los turistas. Además, si necesitas una cita con un médico de cabecera es casi “misión imposible” porque no aceptan pacientes nuevos y debes acudir a la parte privada, aún más costosa.