Volkswagen se acerca a un acuerdo con los sindicatos para evitar el histórico cierre de fábricas en Alemania

Volkswagen se acerca a un acuerdo con los sindicatos para evitar el histórico cierre de fábricas en Alemania
  • Una contrapartida sería que los trabajadores renuncien a sus bonus
  • También trasladar la producción del modelo estrella, el Golf, a México
  • La firma planteaba cerrar tres de las diez plantas suyas en suelo nacional

Volkswagen y los líderes sindicales alemanes parecen acercarse a un acuerdo para evitar un dramático cierre de plantas de la histórica marca en suelo nacional, un escenario inédito en los 87 años de trayectoria de la firma. Este acuerdo pasaría por una reestructuración del gigante del automóvil, en serios apuros, sin tener que cerrar fábricas en el país, un potencial escenario que supuso todo un shock en medio del pesimismo económico que invade a la tradicional meca industrial de Europa.

Según han informado a Bloomberg fuentes cercanas a las negociaciones, la dirección de Volkswagen estaría dispuesta a mantener las plantas en funcionamiento y restablecer los acuerdos de seguridad laboral hasta 2030 a cambio de que los trabajadores renuncien a sus bonus o pagos extra. Como medidas alternativas para reducir los costes se está discutiendo el traslado a México de la producción del modelo enseña de la marca, el Golf, de la fábrica alemana de la histórica planta de Wolfsburgo, la sede principal, y el cese de la producción de vehículos eléctricos de la firma en la fábrica de Zwickau, en Sajonia, para recortar la capacidad. Los detalles de un posible acuerdo podrían cambiar y las conversaciones, que están en curso, todavía pueden terminar sin un entendimiento, avisan las citadas fuentes. Ambas partes celebran desde el lunes una quinta ronda de negociaciones.

Aunque mantendría medidas dolorosas para el emblema del automovilismo, sector que ha sido durante décadas la joya de la corona del sector industrial de Alemania, un acuerdo evitaría huelgas generalizadas y daría al consejero delegado, Oliver Blume, el nuevo comienzo que está buscando para dar la vuelta al mayor fabricante de coches de Europa. Volkswagen trata de reducir costes y el exceso de capacidad de su red de producción alemana para hacer frente a la menguante cuota de mercado en China y la ralentización de la demanda de vehículos eléctricos en Europa y EEUU.

Este difícil contexto global ha hecho a Volkswagen plantear medidas para ayudar a ahorrar 17.000 millones de euros. A finales de octubre, la marca anunció sus planes de cerrar tres fábricas de las diez que hay en Alemania, suprimir miles de puestos de trabajo y recortar los salarios un 10%. Unos planes de recorte de gastos que iban en contra de la exigencia sindical de una subida salarial del 7% en un año y han reavivado el debate en Alemania sobre la mejor manera de mantener la competitividad y los puestos de trabajo en el sector manufacturero en el país.

Los fabricantes de automóviles se enfrentan a una ralentización de las ventas en Europa, donde los consumidores, presionados por el coste de la vida, se muestran reacios a los elevados precios de los vehículos eléctricos. Las matriculaciones de automóviles nuevos en la región disminuyeron un 2% en noviembre respecto al año anterior, hasta 1,06 millones de unidades, lideradas por fuertes caídas en Francia e Italia, ha informado este jueves la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles.

El caso de Volkswagen es especialmente simbólico. Pese a su actual crisis, las cifras avalan su rol del mayor fabricante de automóviles de Europa y uno de los principales productores de vehículos comerciales. En 2022, vendió 8,5 millones de coches, lo que le convierte en el segundo mayor fabricante de equipos originales por unidades vendidas en todo el mundo. Su cartera comprende 12 marcas que cubren todos los segmentos, desde motocicletas hasta supercoches y camiones pesados, e incluye VW, Audi, Skoda, Seat, Porsche, Bentley, Lamborghini, Bugatti, MAN y Scania. Los principales accionistas con derecho a voto de VW son Porsche SE (32%), Baja Sajonia (12%) y Qatar (11%). VW también opera dos empresas conjuntas en China, con SAIC y FAW, respectivamente.

El ‘invierno’ experimentado en Volkswagen se ha sentido en otras marcas. Sin dejar Alemania. BMW Mercedes-Benz han arrojado pesimismo en sus previsiones cuando ha tocado publicar resultados. Fuera de Alemania, Stellantis, al igual que Volkswagen, intenta recuperarse de un año desastroso que ha culminado con la destitución del ex consejero delegado Carlos Tavares. Los fabricantes se enfrentan por separado a multas de miles de millones de euros si no cumplen las normas europeas más estrictas sobre emisiones de las flotas, que entrarán en vigor el año que viene.

Los proveedores también han anunciado drásticas medidas de ahorro en respuesta a la caída de la demanda. Robert BoschZF Friedrichshafen y Schaeffler son algunos de los fabricantes de piezas que están llevando a cabo miles de recortes de empleo, ya que las consecuencias afectan a la cadena de suministro de la industria.

Un horizonte muy oscuro

Como todo se acaba convirtiendo en político, el duro anuncio de Volkswagen hace semanas hizo que el canciller Olaf Scholz se apresurara a expresar su deseo de salvar puestos de trabajo y avanzó posibles ayudas para la marca y para el sector. Sin embargo, poco después su gobierno cayó y el país está abocado a unos inciertas elecciones federales en febrero con el espacio político muy fragmentado, lo que dificultará llegar a acuerdos.

Aún en el caso de que salga un gobierno fuerte y cohesionado, los analistas expresan sus dudas. “No vemos que ni el apoyo gubernamental ni una mejora drástica de la competitividad de costes vayan a funcionar a corto plazo, ya que el sector del automóvil se enfrenta a un reto tecnológico que requerirá inversión y tiempo. Así pues, el riesgo de una mayor pérdida de empleo en Alemania es material a corto plazo”, lamentan desde Société Générale.

“Uno de los muchos problemas a los que tendrá que enfrentarse el próximo Gobierno alemán es el difícil sector del automóvil. Por desgracia, es probable que los retos del sector no hagan sino intensificarse ante la perspectiva de una floja demanda europea, la creciente competencia de China y el proteccionismo estadounidense bajo el mandato de Trump. Nuestra hipótesis de base es que la producción alemana de automóviles disminuirá en torno a un 20% durante la próxima década. Esta es una de las muchas razones por las que somos pesimistas sobre las perspectivas de crecimiento a largo plazo del país, ahondan los expertos de Capital Economics.

Más lejos llegan los economistas de Bantleon, que predicen que la otrora alabada industria automotriz germana perderá participación de mercado y acelerará la deslocalización de la producción en el extranjero. Como resultado, el sector perderá hasta un 40% de su valor agregado en Alemania durante los próximos 10 años, alertan.

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