Por qué la bolsa sube si Lagarde ya no la riega con estímulos
La bolsa vive del agua del Banco Central Europeo, y el grifo está a punto de cerrarse por completo. El nivel de los tipos de interés del BCE crea un contexto propicio para los inversores, o lo contrario. Cuando el precio del dinero sube, las acciones ven cómo su atractivo cae respecto a otros activos, como la renta fija, y se produce un trasvase de dinero desde la bolsa hacia los bonos. Además, las empresas también ven cómo su capacidad de financiación se complica, y el desarrollo de su actividad se encarece.
La mayor parte de compañías utilizan la deuda para financiar sus inversiones, y cuando el BCE decide encarecer el precio de la misma con las subidas de tipos, las rentabilidades que deja la bolsa se marchitan. Las caídas de la bolsa también son consecuencia del contexto general de escasez de agua que genera el BCE con las subidas de tipos, que también afectan al consumo de los hogares, y a la demanda de hipotecas.
La caída de la bolsa por la escasez de agua (liquidez, al fin y al cabo) ha ocurrido en dos ocasiones desde que el BCE se convirtió en el jardinero de los mercados europeos, en el año 1999. La primera fue pocos años después, en 2001: los tipos tocaron ese año el nivel más alto que se ha visto hasta la fecha en la zona euro, el 4,75%, después de dos años en los que el BCE fue cortando el riego paulatinamente, con una subida de tipos de 225 puntos básicos en ese periodo.