El secreto de Alemania para superar la crisis
La mayor economía de Europa vive una situación, cuando menos, delicada. Tras caer en recesión técnica en el arranque del año, Alemania se estancó en el segundo trimestre y los datos preliminares del comienzo del tercero no son buenos (sobre todo los referentes a la industria). No obstante, la locomotora germana cuenta con un arma, si no secreta, desconocida: los ‘campeones ocultos’, ese conjunto de empresas medianas que son clave para la potencia número uno del Viejo Continente. Además, esta tiene a su favor una serie de factores que pueden ayudarla a encajar mejor los golpes que todavía le quedan por recibir, según los expertos.
La economía alemana apenas ha crecido en los últimos cuatro años. Esta es la dura realidad que Ralph Solveen, economista de Commerzbank, quiso resaltar a finales de julio, cuando se conoció que Alemania había ‘superado’ la recesión técnica: su producto interior bruto (PIB) se estancó entre abril y junio, después de haberse contraído los dos trimestres anteriores.
Asimismo, Franziska Palmas, de Capital Economics, calificó las cifras del PIB en el segundo trimestre como “bastante decepcionantes” y aseguró que la economía alemana es el “eslabón débil” de Europa. El conjunto de los 20 países del euro experimentó un repunte del PIB del 0,3%, según los datos confirmados este miércoles por Eurostat.
Por si esto fuera poco, el país germano no comenzó con buen pie el trimestre actual. Según las referencias avanzadas por los indicadores de gestores de compras (los conocidos como PMI), el sector servicios ralentizó su expansión en julio (siendo la más floja desde febrero pasado) mientras las manufacturas alemanas sufrieron la mayor caída de la actividad desde mayo de 2020, es decir, desde que comenzó la crisis del covid.
Así las cosas, son mayoría las firmas análisis que han alertado a lo largo de las últimas semanas y meses sobre el sombrío devenir económico de Alemania. Sin embargo, para Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg, esta ola de pesimismo es “exagerada“.
Este experto admite que el país del centro europeo enfrenta grandes retos (“desde la escasez de mano de obra hasta procedimientos burocráticos anticuados y políticas energéticas en parte equivocadas”, dice), pero defiende que su situación actual “difiere crucialmente” de los problemas vividos a finales de los 90 y principios de los 2000.
La importancia de las mittelstand
El economista jefe de la entidad alemana va más allá y critica que los agoreros de la recesión cometen errores cuando analizan la potencia europea. Uno de ellos es, ni más ni menos, que “no entienden la naturaleza” de su economía.
Schmieding hace así referencia a los conocidos como ‘campeones ocultos’. Esa “miríada” de compañías que son clave para engrasar el motor de la locomotora germana. En alemán son denominadas mittelstand y se caracterizan por ser pequeñas y medianas empresas que ni operan en grandes mercados ni son muy conocidas, pero son igualmente líderes en sus respectivos nichos de mercado.
A diferencia de otras grandes economías de Europa, el propulsor de la alemana no son sus renombradas multinacionales (Siemens, Allianz, Bosch, etc.), sino las mittelstand. Algunos ejemplos de estas son Weinig, dedicada a la fabricación de máquinas para el mecanizado de madera; TetraWerke, que hace comida para peces; König & Meyer, fabricante de atriles para partituras y micrófonos, o Rincker Bell Foundry, que fabrica campanas.
“En Alemania solo tenemos 28 de las 500 mayores empresas del mundo, pero contamos con cerca del 48% de esos pequeños líderes del mercado mundial”, presumió Winfried Weber, profesor de Gestión en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Mannheim, en declaraciones a BBC en 2017.
Estas pymes tienen “un historial probado de adaptación a graves perturbaciones y de hacer frente a grandes retos, si la política no se interpone en el camino”, asegura el economista jefe de Berenberg. Además, suponen buena parte del empleo en Alemania; el 57,6% en 2020, según cifras recogidas por Forbes. También representaron más del 34% de los ingresos nacionales ese año. Y tienen un importante peso en otro sector crucial: el exportador, pues son el principal contribuyente de la balanza comercial del país.
Esto último es especialmente importante en un momento en el que las exportaciones están convirtiéndose en un lastre para la economía. Los últimos datos, relativos a mayo, mostraron que las exportaciones prácticamente se estancaron (solo aumentaron un 0,1% respecto a abril).
Ello también implica que las mittelstand son vulnerables a los problemas en las cadenas de suministro, como los cuellos de botella en el comercio mundial que se han producido en los últimos años a raíz de la crisis del covid, lo que explica a su vez que estos afectaran más a la economía alemana que a otras potencias europeas o globales.
“Las perspectivas no son malas”
En su análisis de esta semana, Holger Schmieding también señala otros puntos fuertes de su país aparte de los ‘campeones ocultos’. “En primer lugar, Alemania disfruta de un nivel récord de empleo, una elevada demanda de mano de obra y la situación fiscal más holgada de las principales economías avanzadas. Esto hace que sea mucho más fácil adaptarse a los shocks. Incluso un cambio estructural acelerado en respuesta a la transición energética no tiene por qué causar un desempleo significativo”, argumenta.
El economista alega asimismo que el Gobierno ya está abordando algunos de los mayores problemas del país, como la escasez de trabajadores y los largos procedimientos burocráticos que frenan la inversión tanto pública como privada. “La actual recesión cíclica puede servir de llamada de atención y desencadenar nuevas reformas”, afirma, e insiste: “Las perspectivas para Alemania no son malas”.
Sin embargo, no todos los expertos ven la situación de la misma manera. “Los riesgos de que la economía alemana en su conjunto tenga problemas durante el segundo semestre del año han aumentado claramente”, advirtió Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank, en la publicación de los PMI a principios de mes.
Este experto también subrayó que las compañías de servicios alemanas “ya no esperan que la actividad sea mayor dentro de 12 meses”. Algo que refuerza el índice de confianza empresarial que elabora el Ifo (el Instituto de Investigación Económica alemán): en su última lectura, relativa a julio, el indicador descendió al nivel más bajo desde noviembre. Algo que Carsten Brzeski, analista de ING Economics, interpretó como que la economía alemana “ha vuelto a una tendencia a la baja antes de que se hubiera iniciado realmente cualquier tendencia al alza”.
El pesimismo también predomina entre los inversores profesionales de Alemania, aunque se ha reducido en el último mes, según el índice que hace el Centro alemán para la Investigación Económica Europea (ZEW, por sus siglas en alemán). “Los expertos del mercado financiero prevén un ligero repunte de la situación económica para finales de año”, destacó el ZEW en su publicación del martes. Solo el tiempo dirá quién tiene (y quién no) razón, pero lo que sí parece claro es que, una vez más, serán los ‘campeones ocultos’ los que determinen el rumbo de la mayor economía de Europa y, por ende, de todo el continente.